Cartas II

 

por Shawn Carman

 

Traducción de Mirumoto Tenryu & Mori Saiseki

 

Señor,

Nunca presumiría de ser de tanta importancia para vos como para conocer la verdadera dimensión y alcance de vuestros planes. Pero os he sido de algún uso en el pasado, y me habéis honrado más allá de toda discusión al hacerme partícipe de muchos de los planes a largo plazo que habéis puesto en práctica, muchos de los cuales aún están en proceso de dar fruto. Es por esa razón y solo por ella que me veo forzado a asumir que los eventos que están ocurriendo en el extremo norte del Imperio no los habéis empezado vos.

Como sin duda habéis escuchado a través de vuestra red de contactos, la Corte de Invierno de la Emperatriz fue interrumpida por la llegada de un embajador del Clan Tejón. Este individuo informe de avistamientos de un inmenso ejército de Yobanjin, muchos de los cuales parecían blandir una forma desconocida de magia de fuego, reuniéndose justo al otro lado de la frontera norte del Imperio. Tras un corto periodo de meditación, la Emperatriz ordenó la retirada completa de las fuerzas del Shogun de su búsqueda de nuestros compañeros y le ordenó reforzar la frontera norte del Imperio. Pero mover todas las fuerzas de Shogunato no es tarea fácil, y antes de que el Shogun y sus hombres pudiesen llegar a la frontera, llegó información a la corte de un ataque a la frontera Dragón por un inmenso ejército, e información de que las Torres Septentrionales de la Llama habían sido tomadas.

Al principio, pensé que esto era quizás un inteligente engaño para apartar la atención del Shogun de nuestras fuerzas, pero mi correspondencia con Susumu me hace pensar en otra cosa. El Consejero continúa con su inexplicable habilidad para sacar mensajes de la Corte de Invierno, aparentemente sin ser detectados, aunque no me imagino como. Sus cartas indican que cree que la Emperatriz conoce de sus esfuerzos para mantenernos informados, pero por alguna razón aún no ha hecho nada para impedirlo. Asumo que cada mensaje es su último.

A pesar de mi correspondencia, Susumu me ha convencido que la amenaza del norte no es fabricación nuestra. Cree, y yo he acabado por estar de acuerdo con él, que Chosai nos ha traicionado para implantar sus propios planes. Soy reacio a admitir mi razonamientos en este asunto, mi señor, porque temo contrariaros, pero es mi deber presentaros todas las opciones, sea cual sea la controversia que puedan incitar: ¿hemos considerado que esta es la forma en que los de nosotros que no tengan la Mancha puedan ganarse la amnistía de la Emperatriz? El tener a Arañas aceptados en las filas del Imperio podrían ampliar nuestra habilidad para reunir recursos e informaciones.

Sea cual sea vuestra decisión, mi señor, debemos actuar rápido. Susumu me informa que los Campeones de los Grandes Clanes han empezado a pedir el derecho a interceder en el norte, y se rumorea que la Emperatriz ha otorgado permiso al Cangrejo y al León para que envíen fuerzas para que apoyen al Shogun. Nuestra ventana de oportunidad puede ser bastante estrecha.

Eternamente vuestro,

Daigotsu Usharo

 

* * *

 

Daigotsu Usharo, el Falso Otomo

 

Aire: 3

-Conciencia 4

Tierra: 3

Fuego: 3

Agua: 2

-Fuerza 3

Vacío: 3

 

Escuela/Rango: Cortesano Otomo 2 / Legión de Daigotsu 1

Honor: 0.5 (2.5 aparente)

Gloria: 4.0

Estatus: 2.5

Ventajas: Escuela Múltiple, Honor Aparente (2 rangos), Voz

Desventajas: Insensible, Confiado, Corrupción Sombría (0.1)

Habilidades: Actuar 3, Caligrafía 2, Corte (Manipulación) 5, Engañar (Intimidación) 5, Defensa 3, Etiqueta (Burocracia) 3, Cazar 1, Investigación 3, Jiujutsu 2, Kenjutsu (Katana) 4, Kyujutsu 1, Conocimiento: Leyes 2, Conocimiento: Tierras Sombrías 3, Meditación 2

 

De alguna forma único entre los perdidos, Usharo no era un samurai o un shugenja antes de su caída en la oscuridad; en lugar de eso, era un cortesano. 

 

Nacido en la familia Otomo, Usharo se dio cuenta a tierna edad de que pocos samuráis estaban dispuestos a castigar a un miembro de una familia imperial, y por lo tanto se las ingenió para involucrarse en un buen número de actividades ilícitas y decadentes que el samurai más apropiado habría detestado.

 

Los intereses de Usharo se volvieron más oscuros conforme se hacía mayor y por la época en la que pasó su ceremonia de gempukku ya había asesinado a más de una docena de mujeres. Pese a que no era particularmente habilidoso en cubrir sus crímenes, Usharo fue cuidadoso en elegir sus víctimas entre las castas heimin y eta, asegurándose que sus crímenes podrían ser limpiados con una fingida disculpa y un puñado de koku.

 

Cuando Otosan Uchi fue atacada por las fuerzas de Daigotsu, Usharo hizo lo que cualquier cortesano más preocupado por su propia vida que por el bien del Imperio haría; se escondió en un templo en ruinas, emergiendo sólo cuando la batalla estaba acabando. 

 

Desafortunadamente, la batalla no estaba finalizada totalmente, y Usharo fue golpeado en la pierna por una flecha perdida.

 

Sus esperanzas de volver a su cómoda vida en la capital fueron destrozadas no una, si no dos veces; primero cuando se percató de la cantidad de daño que el ejército de Daigotsu había infligido sobre Otosan Uchi, y una vez más cuando se dio cuenta de la decoloración que se extendía desde la punta de flecha de obsidiana. 

 

Con su futuro como cortesano en un final casi cierto, Usharo sopesó las opciones; la decoloración podía ser el resultado de una herida infectada o un síntoma de la Corrupción Sombría

 

Siempre pesimista, Usharo asumió lo peor y se unió a los perdidos mientras comenzaban a retirarse.

 

           

 

Mi Señora Ochiai,

Deseo informaros de una acción que he acometido. Tras pensarlo detenidamente, tengo la duda de si he violado el protocolo adecuado, y si eso es así, entonces deseo extenderos mis más sinceras disculpas así como ofreceros mi renuncia a mi reciente nombramiento como Maestra del Aire. Ahora pienso, tras el hecho en si, que debería haber consultado al Concilio de Maestros antes de actuar, pero me temo que estoy acostumbrado a un considerable grado de autonomía en un puesto como uno de los miembros de mayor rango de los Inquisidores Asako; en el pasado, tanto Asako Toshi como su sucesor Asako Bushiken me habían dado casi una libertad absoluta para cumplir con mis obligaciones en la forma en que creyese necesario, y me temo que eso me ha llevado a esta violación del decoro.

Como por supuesto sabéis, mi señora, los Maestros Ningen y Bairei han estado trabajando junto a uno de mis colegas de mayor rango, Asako Juro, en un intento de aprovecharse de lo que creen que es un desequilibrio celestial que puede ser corregido por los mortales. Es una idea ambiciosa, eso es seguro, pero una que a mi me parece tremendamente interesante; creo que la posibilidad de eliminar la influencia de los Oráculos Oscuros vale los peligros a los que nos vamos a enfrentar. Y ahora tenemos la oportunidad de conseguir tal hazaña por nosotros mismos. Creo que es demasiado interesante como para pasar por alto, y por ello he apoyado esa dirección en los enconados debates que ha habido entre los líderes de los Inquisidores. El éxito de nuestro clan contra el Oráculo Oscuro de la Tierra, y la gran posibilidad que no se haya creado al sucesor de ese siniestro puesto, debería ser en si misma una razón más que adecuada para continuar. Admito que tengo grandes reservas sobre el uso continuado de Isawa Mizuhiko como vasallo en este plan, pero me inclino ante la opinión de los otros Maestros.

La acción por la que quizás decidáis censurarme, mi señora, es que he pedido formalmente tropas suplementarias al Clan León para nuestro esfuerzo de combatir al siguiente Oráculo Oscuro, sea cual sea este. Estas noticias procedentes de la frontera norte han resultado en una movilización a gran escala de los militares Shiba que están al norte, dejando muy poco apoyo para nuestros esfuerzos. No creo que podamos o debamos depender en Mizuhiko y en su extraordinariamente sospechosa espada para conseguir arrebatar la victoria de una derrota, como hizo contra Nokatsu.

Sea cual sea vuestra decisión, mi señora, creo que mi dirección era la correcta. No solo involucrar al León les dará a estos la oportunidad de vengar un considerable insulto a su honor, en la forma del Oráculo Oscuro del Agua, sino que además fortalecerá la relación entre nuestros dos clanes y permitirá un gran control para supervisar a nuestros agentes; apenas puedo imaginarme que un León permita siquiera la oportunidad de que la corrupción sobreviva si uno de nuestros vasallos quedase infectado.

Isawa Mitsuko,

Maestra del Aire

 

* * *

 

Isawa Mitsuko, Maestra del Aire

 

Aire: 5

Tierra: 3

Fuego: 3

-Inteligencia 4

Agua: 2

-Percepción 4

Vacío: 3

 

Escuela/Rango: Shugenja Isawa 4 (Aire) / Inquisidor Asako 1

Honor: 3.8

Gloria: 6.1

Estatus: 7.2

Ventajas: Propósito Elevado, Intachable

Desventajas: Fantasma, Amor Perdido

Habilidades: Artesanía: Bonsai 3, Caligrafía 4, Corte 3, Defensa 2, Adivinación 4, Etiqueta 4, Investigación 6, Conocimiento: Leyes 5, Meditación 5, Lanzas 2, Hechicería (Conocimiento Elemental – Aire) 7, Teología (Fortunas, Shintao) 5

 

El miembro más reciente del Concilio Elemental es relativamente desconocida entre el Clan Fénix. Quizás irónicamente, es mejor conocida para muchos entre los otros clanes que entre su propia gente, y por una buena razón: ha pasado la última década de su vida barriendo las tierras de los demás en busca de aquellos que hayan violado la ley Imperial y, más importante, el Orden Celestial mismo. Tiene muchos aliados, la mayoría entre los que ellos ha salvado de la muerte o desgracia por los actos de otros. Pese a todo, tiene también tantos enemigos, aquellos que ha avergonzado mostrando los siniestros secretos de los suyos.

La juventud de Mitsuko fue idílica. Su familia reunió una significante cantidad de riqueza e influencia dentro de la familia Isawa, debido mayormente al brillante empleo de su madre Asako de la herencia de su marido. Incluso como niña, Mitsuko era particularmente madura, y preguntó a sus padres para arreglar un matrimonio con un amigo de la infancia, un joven de quien ella estaba particularmente prendada, y cuya familia tenía poco influencia entre los Isawa. Sus padres, siempre extravagantes, accedieron, y un acuerdo fue forjado que beneficiaría enormemente a la familia del chico, sin costarle relativamente demasiado a la familia de Mitsuko. Fue el primero de muchos actos caritativos que la joven chica conseguiría convencer a sus padres para realizarlos a lo largo de toda su infancia, ganando gran honor para ellos en el proceso.

Por desgracia, la forma de ver la vida de Mitsuko no podía permanecer tan idealista como al principio. Su prometido fue asesinado sólo tres meses después de que los dos pasaran la ceremonia de gempukku. La investigación subsiguiente descubrió que había sido asesinado por un maho-tsukai que erróneamente creyó que su relativamente pobre estatus significaría que no se le echaría en falta. Mitsuko pidió permiso para unirse a los magistrados que estaban asignados para traer al culpable ante la justicia, pero se le negó el permiso. Inmediatamente quiso participar en los estudios con los Inquisidores su la familia de su madre, y se le denegó el permiso de nuevo.  Lo volvió a solicitar una y otra vez cada estación hasta que su fanatismo impresionó finalmente al señor Asako lo suficiente para que fuese aceptada.

Desde que se convirtió en una inquisidora, Mitsuko ha cazado a todos los que han violado las leyes de los dioses y los hombres, y destruido incontables amenazas. Permanece tranquila y serena en todo momento, algo que ha roto la resolución de más de un enemigo. Se sorprendió cuando descubrió que su nombre había estado entre los elegidos por Tamori Nakamuro para tomar su puesto, pero en todo caso aceptó en nombramiento, principalmente porque le permitiría una mayor libertad a ala hora de elegir a que enemigos enfrentarse.

 

           

 

Yoritomo Naizen, Amo de los Mantis y Señor de los Mares

Señor Naizen-sama, es con gran entusiasmo con el que os escribo. Las palabras que pongo sobre el papel solo os pueden alegrar, y no puedo pensar en nada mejor que el ser el portador de estas noticias. Desearía dároslas en persona, pero como estáis en el Isla de la Tempestad y creo que ni las noticias pueden esperar ni siento que pueda abandonar este lugar hasta que mi tarea se haya completado. Pero me estoy adelantando. Mis disculpas.

Como quizás no sabréis, Naizen-sama, fui uno de los encargados en construir un nuevo templo en Tokigogachu. Este va a ser el primer templo erigido en honor del nuevo Sol de Jade. Sé que otros clanes querían ser los primeros en erigir el primero pero fueron los Mantis los que tuvieron los recursos para hacerlo inmediatamente.

Es un gran honor y privilegio haber sido elegido para completar esta tarea para el clan, Naizen-sama. Pensé que esta sería la tarea más importante que se me daría en toda mi vida. Si el nombre de Tsuruchi Akinobu debía ser recordado, sería por esto. Doy gracias todos los días a Yoritomo por la oportunidad que me habéis otorgado, Señor Naizen. Me habéis dado la oportunidad de ser algo más que un ronin, solo sirviendo a su propia y egoísta existencia. Servir a vos y a los Mantis me ha dado una razón para existir. Nunca olvidaré eso y nunca os daré una razón para que cuestionéis vuestra fé en mi.

Ahora, si puedo ser tan atrevido, creo que mis plegarias de agradecimiento a Yoritomo y al Sol de Jade han sido contestadas en una forma que está más allá de mi imaginación más febril. El Dragón de Jade ha enviado un regalo, usando nuestras manos como intermediarios. Estaba supervisando la construcción del primer Templo del Sol de Jade. Constantemente, la construcción se enfrentaba a pequeños fracasos, como la inestabilidad del suelo y el cambiante tiempo, pero perseveramos, rehusando dejar que cosas tan mundanas interfiriesen. Cuando se colocó la última piedra tuve ganas de poder tener la oportunidad de mostraros lo que habíamos construido. Ingenuamente pensé que os impresionaría. No tenía ni idea de lo que iba a ocurrir y lo que significa verdaderamente el verse impresionado por algo.

Cuando se colocó la última piedra, dije a todos los trabajadores que se reuniesen para que pudiésemos ver lo que habíamos conseguido cuando sentí una presencia. Quizás sea presuntuoso por mi parte el decir que creo que el Sol de Jade vino a visitar el primer templo dedicado a su augusto ser, pero no puedo imaginarme otra cosa.

Me enorgullece decir que el Sol aprobó lo que habíamos construido. Lo sé porque el templo sintió su toque y ante nuestros ojos cada piedra del templo cambió. La oscura piedra gris cambió, lentamente, a verde, como el cobre que usa el León. Me acerqué para ver lo que había ocurrido, solo para descubrir algo increíble. El templo – cada piedra – se había transformado en jade.

¿Puede acaso estar más claro? El Sol de Jade ha otorgado su bendición personal a lo que hemos construido para venerarle. Ahora sé la verdad tras mi existencia. He vivido solo por esto, mi Señor. Solo vivo para servir.

Tsuruchi Akinobu

 

* * *

 

Tsuruchi Akinobu, Antiguo Ronin

 

Aire: 2

-Reflejos 3

Tierra: 4

Fuego: 2

-Agilidad 3

Agua: 3

Vacío: 3

 

Escuela/Rango: Guerrero Ronin 2 / Yoritomo Bushi 1

Honor: 2.2

Gloria: 1.6

Estatus: 1.3

Ventajas: Bendición de Hotei, Escuela Múltiple

Desventajas: Mala Reputación (antiguo ronin), Idealista

Habilidades: Atletismo 2, Batalla 1, Comercio 1, Artesanía: Marinería 1, Defensa 3, Cazar 5, Kenjutsu (Katana) 3, Kyujutsu 1, Armas Campesinas (Kama) 2, Armas de asta 3, Lanzas 5, Sigilo 3, Bajos Fondos 3

La historia del antiguo ronin llamado Akinobu no es muy complicada. Nació de una geisha en una de los locales menos caros en todo Zakyo Toshi. Cuando rondaba la edad en la que un hijo normal nacido de un samurai comenzaría su entrenamiento, un extraño llegó en la noche y dejó una gastada y oxidada espada a su madre, junto con una carta de disculpa porque su padre no pudiese dejar nada más a su único hijo. Esta fue la primera y única vez que Akinobu escuchó algo sobre su padre, a su madre hablar alguna vez de él. Pese a la posibilidad de que podría haber llevado una cómoda existencia en Zakyo Toshi, Akinobu eligió en su lugar aventurarse a lo largo del Imperio y buscar su destino.

El destino no fue amable con el joven ronin. Su entrada en el gran Imperio llegó al final de la guerra de sucesión entre los cuatro herederos del Emperador Toturi I, y la extendida paranoia y suspicacia que había existido entre los distintos clanes en ese tiempo significaba que cada hombre ola era sospechoso de ser un espía. Akinobu apenas escapó a una sentencia de muerte en tierras tanto Unicornio como Grulla, ambas veces por crímenes que no había cometido pero que necesitaban urgentemente un chivo expiatorio. Cuando huía de los magistrados Doji, Akinobu tuvo la mala suerte de encontrarse a un cazador de recompensas Tsuruchi que estaba familiarizado con su caso.

En lugar de luchar, Akinobu se rindió ante el caza recompensas y pidió una oportunidad para explicarse. Perplejo, el Tsuruchi le permitió explicarse, y quedó pronto convencido por la sinceridad del ronin de que realmente era inocente, aunque la propia suspicacia del cazador contra la Grulla hiciera en gran parte ese pensamiento más atrayente. Akinobu fue dado por muerto ante la Grulla, y en su lugar se le dio una pobre pero honesta vida trabajando como vasallo de la familia Tsuruchi. Años más tarde, cuando el Campeón del Clan Mantis dio la orden de que a los ronin merecedores de ello se les dejaría jurar lealtad en orden de aumentar las diezmadas filas del clan, Akinobu estuvo entre aquellos que recibieron tal oferta. Tristemente, su casi completa ineptitud en arquería acabó en su expulsión del dojo Tsuruchi, y fue en su lugar entrenado entre los Yoritomo residiendo Kyuden Ashinagabachi.

Akinobu está emocionado con su nueva existencia. Sólo ha estado navegando en un velero una vez, durante su viaje a su actual puesto, pero ama todo en su vida como Mantis, y felizmente se sacrificaría por su nuevo señor si eso fuese necesario.

 

           

 

Hermana,

Nuestro Tío y tú habéis conseguido florecer bajo estas condiciones, Kenji-san, pero no soy tan orgulloso como para admitir que esto es una pura tortura. ¿Cómo puedes mantener tu equilibrio — o tu almuerzo — cuando el barco se mece y tiembla cada segundo? Tengo que estar totalmente concentrado solo para mantener mi compostura ante los demás. El constante bamboleo no parece molestar a los marineros Mantis, claro, quienes me miran con simpatía en sus ojos. Nunca pensé que vería el día en que se apiadarían de mí porque no puedo caminar sin caerme. Está fuera de mi control, pero no puedo evitar sentir vergüenza por mi inhabilidad de moverme sin hacer el ridículo. Pro me elegiste para este (bastante dudoso) honor, y camino por esta senda con la dedicación que se merece. Unos cuantos traspiés hasta que me acostumbre a la situación, pero no he iniciado ninguna enemistad a muerte. Aún.

He sido asignado a un barco en la flota Mantis. El nombre de tu padre es bien recordado, y tratan a su sobrina con honor y respeto. No es la mayor kobune de la flota, pero el capitán es muy respetado por su tripulación y todos los hombres a bordo parecen muy competentes. Dudo que alguno de ellos se pudiese comparar contigo en un campo de batalla, pero en el mar son impresionantes.

He pasado cinco días de cada semana en el mar, en varias patrullas o misiones, y el resto en las islas Mantis. Parte del acuerdo especificaba que entrenaría bajo la guía de uno de sus sensei, y empezamos nada más llegar. Nuestro comienzo fue complicado. Debido a mi juventud no se esperaban que estuviese tan adelantada en mis estudios. No ven el mundo con la adecuada perspectiva, y aunque respeto su puesto, insistieron que necesitaba cambiar. Había que volver a empezar con los conceptos más básicos. Creo que finalmente estoy empezando a comprender.

Debido a mi presencia en este barco, solo participamos en maniobras simples. No quieren desvelar todos sus secretos, pero ocasionalmente vislumbro la verdadera alma del Clan. Hace una semana, regresé a Kyuden Gotei durante un mes de descanso de las traicioneras y temblorosas aguas. Allí hable con varios monjes que cuidaban un jardín de arena – un lugar de verdadera belleza en medio de un mar de chillona arquitectura gaijin. Habían sido de la familia Tsuruchi antes de retirarse y decían que finalmente habían encontrado la paz en el mundo. Hice un simple y trillado comentario sobre la relajación tranquilizando la mente y ellos sonrieron como respuesta.

Los monjes habían montado un campo de disparo con arco tras su monasterio, donde practicaban cada día. Dije que habían regresado a sus raíces guerreras para conseguir la tranquilidad. No estuvieron de acuerdo. No tenían intención alguna de volver a los campos de batalla, pero el simple acto de soltar la flecha les permitía practicar una técnica de poner la mente en blanco, en la que se sentían unidos con lo que les rodeaba. En ese estado, dijeron, uno podía encontrar la iluminación. Las enseñanzas de Tsuba han encontrado un lugar en el corazón de los Mantis y me han dado la oportunidad de comprender los ideales Mantis. Siguen los ideales del samurai por su propia senda, por muy diferentes que me parezcan a mí.

Esto ha sido más catártico de lo que pensaba. Te puedes esperar una continua correspondencia mía para evitar que me vuelva loca debido a mi actual situación. Has vuelto a tener razón, Kenji-san. Supongo que los largos años de servicio que tienes te dan ventaja sobre una joven como yo.

Matsu Mikura

 

* * *

 

Matsu Mikura, Confiada Prodigio

 

Aire: 2

-Reflejos 3

Tierra: 2

Fuego: 3

-Inteligencia 3

Agua: 3

-Fuerza 4

Vacío: 3

 

Escuela/Rango: Berserker Matsu 2

Honor: 3.3

Gloria: 1.5

Estatus: 2.4

Ventajas: Belleza Peligrosa, Temeraria

Desventajas: Obstinada

Habilidades: Atletismo 3, Batalla (Escaramuzas) 2, Defensa 3, Juegos: Fortunas y Vientos 3, Juegos: Go 2, Juegos: Kemari 2, Investigación 1, Jiujutsu 2, Kenjutsu (Katana) 5, Kyujutsu 1, Conocimiento: Historia 2, Conocimiento: Mantis 3, Lanzas 3

Kata: Golpear como Agua, El Rugido del Alma

Matsu Mikura es una niña que apenas ha pasado su gempukku pero una gran responsabilidad reposa ya sobre sus hombros. Las relaciones entre el León y la Mantis se han vuelto agrias en los años anteriores. Matsu Kenki comenzó las negociaciones para mejorar la situación. Se decidieron por un intercambio de guerreros; La prima de Kenji, Mikura, entrenaría con los Yoritomo para sellar el lado León del trato. Su comportamiento en las islas Mantis determinará si las relaciones entre ambos Grandes Clanes mejoran o empeoran.

Pese a toda la carga sobre sus hombros, Mikura es una mujer joven normal. Pese a que es consciente del papel que debe jugar, no deja este conocimiento afectar a su comportamiento. Ella es despreocupada, feliz y juguetona, incluso cuando debería ser más deferente al estatus o la sangre. Ella lo sabe y se deleita en su juventud, participando en juegos en los que samuráis más apocados no soñarían en participar.

Es también una de las más brillantes estudiantes de su generación. Es la más joven que nunca haya alcanzado las habilidades superiores de su escuela. Sus habilidades nunca han sido discutidas, pero su irreverencia le ha ganado cierta censura en el pasado. Su nuevo sensei entre los Yoritomo la castiga estrictamente pese a su posición como invitada. Mikura lucha conscientemente para templar su carácter caprichoso, pero ha hecho pocos progresos.

Es una muchacha magnífica y algún día crecerá para ser una mujer preciosa. No se da cuenta del efecto que su aspecto tiene en los demás. Incluso si lo hiciera, no desearía usarlo como una herramienta. Su mayor deseo es luchar y morir por el Clan León e inscribir sus hechos en las Historias Ikoma. Tendrá su oportunidad en los tiempos turbulentos que están por llegar.